En la antigua Medicina China, los médicos describían los procesos que ocurren en nuestro cuerpo desde que inhalamos hasta que exhalamos de una manera interesante. Decían que cuando inhalamos, recibimos la "energía del aire", que es como una sustancia especial que extraemos de él.

Esta energía del aire es esencial para nuestros procesos corporales y para mantenernos en buena forma física y mental. Pero en lugar de ser expulsada inmediatamente, esta energía se dirige primero a los Riñones.

Los Riñones son como una especie de centro de distribución. Desde allí, la energía del aire se reparte al Hígado, Corazón, Bazo, Pulmón, y vuelve al Riñón. Es un viaje importante que la energía del aire realiza dentro de nuestro cuerpo.

Después de su paso por los Riñones, la energía vuelve al Pulmón y es en ese momento cuando exhalamos. Así que la exhalación ocurre cuando la energía del aire vuelve a los pulmones. ¡Imagina las cosas que pasan en un santiamén!.

En la medicina moderna, este proceso lo conocemos como la circulación sanguínea mayor. Sabemos que la sangre viaja desde el corazón a los pulmones para obtener oxígeno, y luego regresa al corazón para ser distribuida a todas las células del cuerpo a través de la arteria principal, la aorta.

En ese nivel, las células toman el oxígeno y lo utilizan para producir energía, al mismo tiempo que eliminan dióxido de carbono como resultado. Los médicos antiguos chinos, sin tener los medios técnicos para observar las células directamente, pero ¡con una gran capacidad de observación! intuían que el aire no se quedaba solo en los pulmones, sino que se distribuía por todo el cuerpo.

Entonces, en resumen, los procesos que describían en la Medicina China clásica se relacionan con nuestra circulación sanguínea mayor en la medicina moderna. Ambos sistemas están involucrados en la distribución de energía y oxígeno a nivel celular.