1- Tensión cervical. En busca del equilibrio
23 de Junio de 2022

Las contracturas en el área cervical pueden convertirse en una problemática dolorosa y limitante que afecta la flexión, extensión y rotación del cuello, generando un dolor agudo y persistente. Estas contracturas a menudo se producen debido a la tensión crónica en los músculos de la zona, lo que puede tener diversas causas.


Entre ellas, se destaca la adopción de posturas inadecuadas durante actividades cotidianas trabajar frente a un ordenador o coser, donde la flexión cervical sostenida ejerce una presión continua sobre los músculos del cuello. Asimismo, los traumatismos importantes, como accidentes o caídas, también pueden ser desencadenantes de estas contracturas cervicales.


Es fundamental comprender la biomecánica de la musculatura cervical para abordar este problema con mayor precisión. La acción y la interacción coordinada de los músculos cervicales posteriores nos permiten una amplia gama de movimientos del cuello, y cualquier alteración en su funcionamiento normal puede resultar en contracturas y restricciones en la movilidad cervical.


Es importante señalar que, en ciertos casos, el dolor cervical puede no estar limitado únicamente a la tensión de los músculos cervicales posteriores, sino que puede originarse en otros grupos musculares interconectados. Un ejemplo frecuente es cuando existe una contractura y acortamiento de la musculatura anterior del tórax, que incluye músculos como el pectoral mayor o como los escalenos y el esternocleidomastoideo.


Ante este escenario, la musculatura posterior de la espalda y el cuello reacciona a la tensión y tirantez generada por los músculos de las cadenas anteriores. Interpretando que el sujeto se inclina hacia delante, estos músculos tienden a tensarse y contracturarse en un intento de evitar dicha caída. Esta reactividad en las cadenas musculares posteriores del cuello puede generar un ciclo de tensión y dolor que dificulta su resolución únicamente con tratamientos locales en la zona cervical.


En este contexto, el SHIATSU y la OSTEOPATIA BIODINÁMICA se presentan como alternativas terapéuticas efectivas para abordar estos problemas biomecánicos y musculares de forma integral. Estas formas de terapia manual, consideran tanto los aspectos físicos como energéticos del cuerpo y se enfocan en restablecer el equilibrio y la armonía en el sistema musculoesquelético. A través de técnicas manuales suaves y precisas, el shiatsu y la osteopatía biodinámica buscan liberar las tensiones y contracturas en las cadenas musculares y facilitar la corrección de desequilibrios biomecánicos en todo el cuerpo, incluyendo la región cervical.


Al comprender la interacción entre las cadenas anteriores y posteriores, estas terapias puede proporcionar alivio y bienestar duraderos para los pacientes con problemas cervicales que tienen su origen en las tensiones musculares interconectadas.

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